25 agosto, 2010

Historia de cuando el sol se enamoró de una estrella.-

El sol conoció a una estrella, que brillaba hermosamente en medio del éter sempiterno. Así comenzó a enamorarse de sus destellos, que oscilaban entre rojo y violeta. Dejábase cautivar Ra, sin cuestionarse sus sentimientos. Conversaban durante largas eternidades, hablaban a espaldas de ciertos agujeros negros un poco sinvergüenzas, jugaban a esconderse detrás de las viejas nebulosas, que se quegaban amargadas por tu exeso de masa.

El iluso sol, sentía que en esos breves instantes estelares, su corazón de fuego ardía, aunque pareciera imposible. Pasaron un par de momentos luz en el cielo, cuando el sol divisa un grupo de núbiles astros conversando animadamente, acerca su mirada inquisidora y contempla estupefacto a su amada estrella, coqueteando y destellando con un viril lucero.

Ra se sintió extinguir, tanto así que se eclipsó por unos momentos, luego, centenares de tormentas solares crisparon en su alma. Pero era sabio, decidió pensar friamente, aunque le fuera difícil. Reflexionó mientras en la tierra de extendía una gran glaciación. Concluyó al fin, que debía despedirse de ese amor insustancial que jamás debió germinar.

Se reunió con su alguna-vez-amada y le preguntó: "¿Lo amas?". Ella asintió. Y durante el primer y único beso celeste, dijeron implícitamente: adiós. El sol le dió la espalda, pero no pasó ni un día sin iluminarla.

Y durante el infinito, el sol fué un rey, capaz de dar vida y muerte, capaz de darle sentido a todos los otros cuerpos. Es por eso, que el nimio amor de las estrellas, no era para el. El merecía mucho mas.-

14 agosto, 2010

Tú, papel.-

Y si quieres ser mi papel

quítate la ropa

y déjame escribir sobre tu piel

con el aliento de mis besos

y de mis secretos

Piensa que en cada despertar

tendrás tatuadas en tu cuerpo

frases de amante solitaria.-

06 agosto, 2010

Alguien respira tras mi espalda.-

Me había vuelto dependiente de toda esa historia. Y debo confesarlo: aún sigo adicta. Mi amado Conde, el gran Santus Germanus (Santo Hermano) y su "maravillosa" vida me han anonadado. Ni en mis más perfectos sueños imaginé conocerlo, encontrarlo. Pero hay más. Ni siquiera sospeché que él era quien me buscaba. Y es que con los hijos de la luz, nada se sabe hasta que te descubren.

La historia inicia en un viernes de placer. Chocolate, cigarrillos, música y lectura agradable: Metafísica. Y por supuesto la innegable confusión entre la metafísica como filosofía, y su alter ego esotérico (y más apasionante) definida como "más allá de la física". Así es, existe una ciencia universal que estudia el ser, y el porqué del ser, mas allá de lo que podamos reconocer como concreto.

Y es ahí donde mi querido Conde vuelve a llamar mi atención. Ya he leído su historia, y por supuesto, no soy la única que lo he amado. Pero no podía dejar de alucinar con el. Con el hombre maravilloso, aquel que hablaba en todos los idiomas, músico, compositor, pintor, diplomático, aventurero, alquimista y exquisitamente misterioso. Elegante y brillante conversador, entre otras innumerables cualidades.

Cuando comenzaba progresivamente a anochecer, baje las escaleras en un silencio trémulo y extrañamente acogedor. Caminé, me desplacé, en mi hogar solitario. Me detuve, por que algo irrumpió la perfecta línea de mi audición plana. Una esencia, una respiración en la cocina. Me negué a aceptarlo, pero inconcientemente quería creer que era él. Volví a subir, procuré despejarme esa sensación de persecución etérea, que vislumbraba en el espacio. Me senté frente al PC. Y al cabo de unos minutos, el pequeño perro de peluche calló rodando al suelo. De nuevo intenté no pensar.

Esa noche dormí. Traté de soñar con su semblanza y su encanto. Pero fue imposible recrearlo. La perfección es difícil de imaginar, incluso para mi pequeño mundo onírico. Sin embargo, ahora sé que estuvo ahí toda la noche, atravesando países, océanos, puertas y ventanas, aguardando un despertar que llegaría varias horas después, quizás varios años. No puedo saberlo, no por ahora.

Al día siguiente me desperté con un aroma dulce en la nariz, y con un abrazo que se negaba a dejarme. Se negaba, tal vez por que nunca fue dado, o por lo menos, no físicamente. Hice lo normal, hasta que tuve que salir. Y a través del sol y del perfume de los aromos, lo sentí respirando tras mi espalda. Cerré los ojos sin voltear, como si pudiera verlo por fe. Mi cuerpo se estremeció al sentir una mano en mi hombro. Giré estupefacta. Giré para encontrarme con los ojos más hermosos y llenos de vida que he visto. Ese día resplandecían más que el sol y me enceguecieron hasta que no pude continuar mirando.

Me centré en otro sentido, y lo oí. En un perfecto español me dijo: " Los iluminados no podemos ser encontrados. Pero podemos encontrar todo lo que queramos". Sentí su tibio beso en la frente, su aliento al despedirse y el disminuir del resplandor.

Hasta el día de hoy, cada vez que me miro en el espejo, puedo ver unos pequeños brillos, como diamantes, que permanecieron para siempre, donde alguna vez posó sus labios mágicos.- 

01 agosto, 2010

Pecados Pasivos.-

El vibrato del viento, con tu perfume caliente

la perla hirviente de tu aliento

el recuerdo de una imagen lanzada

a un costado de la carretera

que renació sardónica entre mis botas

haciendome rodas por las escaleras

y si, lloré como una niña

como después de olvidar a un amante

Ese olor a piel de mujer

que aspiras como droga al acercarme

amor

tócame, miénteme y si quieres

destrúyeme.-